domingo, 14 de noviembre de 2010

Hoy no hay lágrimas, sólo pequeños jadeos que salen de mi interior luchando por un aliento... y al mismo tiempo deseando que éste no llegue. Veo la sangre a mi alrededor, veo que brilla más de lo que brillé alguna vez yo. Un sentido, sólo necesitaba un sentido para que las cosas no salieran así, jamás me lo diste, ahora no me culpes de lo sucedido. Nunca entendí porqué quise hacerlo, pero en mi pecho no podía guardarlo más, bien sabes que lo que no se habla se actúa y esta noche, hice la mejor de mis actuaciones. Ya no intentes gritar, pues sofocaré con un corte tus deseos; menos intentes llorar, rechazaste mi hombro para hacerlo, y ahora odio tus lloriqueos. Te amé y no quisiste verlo, pero jamás rompo mis promesas, juntas hasta el final te dije al oído cuando te conocí, reíste sin creerlo, me encantaría verte reír ahora...

No hay comentarios: