domingo, 13 de julio de 2008

el miedo que quisiera fuera a la oscuridad...

Al fin he regresado de Monterrey y quisiera decir que fueron las perfectas vacaciones que necesitaba, no fue asi. Empezaron mal con el disgusto de aquella, pero realmente necesitaba descanzar de todo el drama de mi vida y aunque iba completamente decidida a disfrutar a pesar de la situacion, las cosas tomaron otro rumbo.

Los días comienzan a pasar sin ningun sentido, vuelve a asomarse en mi rostro esa sonrisa hipócrita que lo único que quiere es impedir la tediosa pregunta... qué tienes? por qué estas triste si tú no eres así?... pero la verdad es que ni yo sé cómo soy. Comparame con un maldito emo si es lo que quieres, pero este año no ha sido el mejor.

Ya no es la depresión lo que me preocupa, porque he aprendido en tantos años a sobrellevar y disfrazar la apatía, enojo y llanto que la han acompañado durante mi vida; es otra cosa lo que me pone a pensar, es un sentimiento al cual no le he podido poner un nombre certero porque no sé lo que es. Y es que mi corazón comienza a latir con rapidez, volteo a mi alrededor y no importa cuántas personas esten cerca de mi, siento una terrible soledad que me llena de nostalgia... es un miedo que me invade por dentro y corta mi respiración, que me lleva al borde de las lágrimas y me obliga a refugiarme entre cobijas y sábanas... es un miedo que quisiera fuera a la oscuridad, pero la verdad es que mi temor es a alguien tan insignificante, a una persona que no he podido enfrentar porque huyo cada vez que tengo que hacerlo, me atemoriza tanto saber quién es realmente... me da pavor conocer lo que soy...

jueves, 3 de julio de 2008

La mentirosa...

Sàbado por la noche y yo encerrada en casa esperando qué hacer con mi ocio y he aqui el resultado. Tres mails en mi bandeja, ninguno que interese realmente pero aún así los reviso para matar el tiempo que resta entre el dormir y yo, no es de sorprender que sean cadenas, pues al parecer las amistades han olvidado que sigo existiendo o creen que mi vida social en irapuato es tan patética que puedo distraerme con esas cosas. Un horóscopo, la verdad no sé si sea correcto llamar así al contenido de ese mail, pues es una simple descripción de los signos zodiacales que por lo general se me hacen absurdas pero ésta vez me hizo reflexionar, cosa bastante rara en mí como ya saben los que me conocen.
Soy aries, nacida un 30 de marzo de hace algunos años, no tantos, quisiera creer, pero la vida comienza a hacer sus estragos en mi ser. Al comenzar mi lectura un Mentiroso! es lo primero que notas en el encabezado de la descripción de mi signo, seguido de un párrafo de aduladoras oraciones que quedan opacadas ante las características negativas que conforman al ariano... tal vez exagero, si sólo muestran un punto desagradable de estas personas, pero tal vez con éste me vastó. Infiel! es algo que me avergüenza aceptar, lastimar a esa persona que tanto amé jamás podré perdonarmelo, equivocarme tantas veces sin aprender, sin querer comprender lo que hacia y excusandome en tontas palabras que denotaban mi inmadurez.
Durante mucho tiempo este tema agobio mi vida, dándole vueltas y tratando de entender el por qué de mis acciones, arrepintiendome de lo pasado e intentando componer el presente sin éxito alguno. Quería tenerla de vuelta conmigo, deseaba con todo mi corazón que volviera a amarme como alguna vez lo hizo, pero eso nunca pasó, simplemente la perdí en mi propio abismo. El tiempo siguio su curso, pero yo me quedaba atras sin querer avanzar. Demasiados sentimientos experimenté, soledad,tristeza, vacío, culpa y también llegué a culparla a ella, pero al final no quedaba más que reirme de la situación, entendí que soy responsable de mis equivocaciones y ella de las suyas, acepté con la poca dignidad que me quedaba, después de unos cuantos abusos de su parte, que la relación llevaba tiempo sin existir y debía continuar por más doloroso que pareciera al principio. En estos momentos no puedo decir con seguridad que la he olvidado, porque fue el primer amor de mi vida y algo tan especial siempre tendrá un lugar en el mar de los recuerdos, aunque uno lo quiera enterrar encerrado en un cofre con cientos de cadenas y candados para que jamás vuelva a abrirse. Admito que la amé como a nadie y es tiempo de admitir que ha llegado el momento de cerrar ese ciclo.